

DEL DICASTERIO PARA LA COMUNICACIÓN
CON Y A TRAVÉS DE LAS RELIGIOSAS
Queridas religiosas,
¡El mundo necesita escuchar vuestra historia!
¡El mundo necesita escucharos contar vuestra historia!
Mientras el mundo está de nuevo sumergido en la oscuridad de la guerra tras la estela de la oscuridad de la pandemia, vuestras vidas y vuestro ministerio pueden ser una fuente de luz. ¿Por qué? Porque donde la humanidad sufre, vosotras estáis allí; donde hay oscuridad, vosotras lleváis la esperanza.
Muchas personas todavía no saben lo grande que es el trabajo que hacen las órdenes religiosas en todo el mundo. Ya sea gestionando escuelas y hospitales, curando enfermos, socorriendo a las víctimas del tráfico de seres humanos o de dando trabajo a los indigentes, las órdenes religiosas proporcionan servicios esenciales tanto en lugares donde hay poco más a disposición, como a personas para las cuales hay poco más apoyo. Vosotras religiosas sois capaces de hacer esto sin sonar la trompeta y a menudo también a un alto precio, anunciando así hacer las grandes obras de Dios.
Con el apoyo de la Fundación Conrad N. Hilton, el Dicasterio para la Comunicación está iniciando un proyecto dirigido a construir una red global dinámica de voces de religiosas en los medios de comunicación del Vaticano, mostrando al mismo tiempo cómo las religiosas están contribuyendo al trabajo de la Iglesia.
Esperamos convertirnos en vuestros socios para ofrecer al mundo el testimonio de vuestra vida y vuestra misión.
Paolo Ruffini
y el equipo del Dicasterio para la Comunicación


El Dicasterio desea ofrecer a las religiosas tres oportunidades:
- Indicar historias que tengan de las religiosas como testigos de las “grandes obras de Dios”, para que podamos compartirlas a través de los medios de comunicación del Vaticano.
- Sugerir religiosas que podrían ser seleccionadas como becarias para un programa de formación de 3 meses en los medios de comunicación del Vaticano en Roma. El Dicasterio también ofrece una oportunidad de formación a través de Internet sobre los temas más actuales relativos a la comunicación, con el fin de reforzar la capacidad de las religiosas de servir al pueblo de Dios y a todas las personas.
- La oportunidad de suscribirse gratuitamente a L'Osservatore Romano durante un año enviando un correo electrónico con el nombre y apellidos de cada hermana, el nombre de la Congregación, el país de residencia y las direcciones de correo electrónico a sisters@spc.va.
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL CURSO EN LÍNEA AQUÍ


La apuesta de Mujeres Iglesia Mundo
Hace diez años nacía Mujeres Iglesia Mundo. Por primera vez L’Osservatore Romano promovió y acogió un suplemento mensual dedicado a las mujeres cuya tarea era referir, contar y pronunciarse sobre la condición femenina en la Iglesia. Fueron tres supuestos los que empujaron y favorecieron la elección.
El primero: también en la institución-Iglesia existía una discriminación que afectaba al componente femenino.
El segundo: la Iglesia estaba particularmente retrasada en el reconocimiento de la condición de las mujeres, es más, en ella estaba vigente un patriarcado aún más fuerte y más extendido que el que se encontraba en otros sectores de la sociedad.
El tercero: existía sin embargo un mundo femenino que había tenido una evolución propia y que, incluso en una pertenencia convencida, quería contar más. No era solo una cuestión de poder – que también estaba y está – sino de afirmación de una identidad, una cultura, una experiencia de fe, de oración, de relaciones sociales que las mujeres habían madurado y que habrían sido útiles a todos los creyentes.
En estos diez años Mujeres Iglesia Mundo ha labrado, sembrado y cultivado un amplio campo que se ha mostrado más fértil de cuanto suponíamos. Por eso no ha sido fácil elegir para este número el argumento y los artículos que contaran la revista, su búsqueda, sus descubrimientos, sus protagonistas de diez años vividos intensamente. Releyendo hacia atrás, hemos visto que en el campo que habíamos cuidado, una planta había crecido con fuerza y que algunas protagonistas se habían mostrado con más fuerza, rompiendo estereotipos y revelando una energía que solamente habíamos sospechado. Eran las religiosas y las monjas.
Las mujeres que consagran la vida a la fe son una vanguardia. A partir precisamente de la elección hecha, quieren cambiar y ya están cambiando la Iglesia y el mundo. Luchan contra la esclavitud moderna, trabajan en países en el centro de los conflictos, se vuelven empresarias manteniendo una práctica comunitaria y revolucionando así el mundo del trabajo. Escriben libros, examinan con ojos nuevos los textos bíblicos, practican el discernimiento, pero no temen la rebelión a la injusticia, no se asustan por contrarrestar los roles que se les atribuyen, reconocen la tradición, pero quieren el cambio. Y no dudan en señalar en las mujeres una cuestión a abordar y a la que se llega tarde, sabiendo distinguir entre la autoridad de la Iglesia y el autoritarismo de los hombres.
A ellas dedicamos este número de Mujeres Iglesia Mundo.

